sábado, 1 de abril de 2017

Impotencia y cobardía vs Compromiso



Sujetos aferrados a la suerte hemos sido subestimados por nuestros dirigentes, puesto que no nos han robado nada, lo hemos dado todo.

No tengo clara la orientación e interpretación que le darán a mis escritos. Sin embargo, mi intención principal es orientarnos en lo que sentimos y en el problema que estamos viviendo como venezolanos, con el objetivo final de despertar en cada uno su conciencia, su moral y espíritu de lucha. No para cambiar un régimen, sino para cambiar el rumbo de un país, ¡Los gobiernos están de paso, pobre inocente aquel que no lo sabe!.

Hablar de intervención extranjera es una ilusión, ¿quién va a querer cambiar más esto que aquel que lo está sufriendo?. Para mí, el ataque será interno, más bien la defensa, pues en este caso los que atacarían son ellos. Es probable que desconozcan que en el interior del ser humano, en su esencia, es violento; y sino pregúntense: ¿cómo podíamos cazar animales salvajes muy por encima de nuestro tamaño y peso?. Aunque de esto hace muchísimo, ese instinto, que aún existe, está regulado por la sociedad.

Los venezolanos hemos sido capaces de entregar nuestra calidad de vida, nuestra moral, nuestra cultura... En la actualidad, a los seres humanos se nos ha empobrecido progresivamente, perdiendo el intelecto, la creatividad, lo simbólico, los valores, producto de la caída de la función del padre, de los ideales y la ley que afecta al hombre actual sin discriminación geográfica.

De esto, sacan partido los gobernantes, tanto que cada uno lo profundiza y cada población lo permite en mayor o menor medida.

Esto esta ocurriendo a nivel mundial de una manera silenciosa y sutil, en Venezuela es “atroz”. A un ritmo tan rápido que no lo percibe nuestra población, la cual ha sufrido un empobrecimiento generalizado.

Se habla de la situación económica y de su gravedad, para muchos el principal problema. Albert Einstein, en sus reflexiones, hablaba sobre la crisis como una oportunidad, no podemos seguir haciendo lo mismo y esperar que las cosas cambien.

Según mi experiencia, una crisis o síntoma se produce cuando algún sistema que venia actuando de determinada manera pierde eficacia o aparece el malestar. Sin embargo, el sujeto quiere y prefiere esperar que su entorno cambie, que el destino arregle sus malas decisiones e incluso algo del más allá que cambie el curso de las cosas pero, que no lo cambie a él. Entonces me pregunto: ¿con qué seriedad estamos tomando el problema?.

Aquí entra en juego un peligroso aspecto: “la subestimación”, tanto por parte de nuestros representantes como por la nuestra. Para ellos, somos un pueblo bruto, hambriento y cobarde. Por esta razón, nos tratan así. Esperamos que Dios, Almagro, Trump, el Papa, Leopoldo, los astros e incluso el surgimiento repentino de la buena fe del Gobierno, ¡cualquier cosa! por irracional que sea, representa la solución; Eso si, eso no me incluye, no pone en riesgo mi pellejo. Subestimamos el problema y su causas poniendo en riesgo el pellejo de todos.

La gente envía a sus hijos con facilidad a cualquier país para que “se haga una vida”, permitiendo la separación forzosa de la familia. Aquí les habla una venezolana de 30 años, que quiere vivir aquí, que desea ver a sus hijos nacer y crecer en Venezuela.

Por eso, entre lo cobarde que me siento y lo comprometida que soy, elijo el compromiso conmigo, con mi familia, con los que no pueden luchar, con mi país... con lo que creo y con lo que quiero.

Nos acabaron la economía, solo y exclusivamente la economía. Lo demás lo cedimos nosotros, porque el trabajo, la ética, el optimismo, la responsabilidad, el respeto, la familia, el compromiso y la buena fe, son parte de cada uno de nosotros y que cedimos producto de la subestimación de las acciones del momento. Recuperarnos esta en ti y en mi, más allá del lugar, del sistema y la situación.


Así que tomate un minuto y pregúntate: ¿qué estas haciendo? ¿cómo te sientes con ello?. De antemano, te digo, esta claro que esto no lo resuelve ni tu ni yo, esto lo resolvemos todos, no unos u otros, sino TODOS.  

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